Marcos Pérez es, desde el año 2000, profesor en Gaztelueta. A lo largo de sus 24 años de experiencia en nuestro colegio ha ejercido de profesor de Lenguaje, Mateméticas, Euskera y Educación Física, tarea esta útima que actualmente lleva a cabo con alumnos de Primaria y ESO.
Más allá de su labor profesional que lleva a cabo con tremendo entusiasmo, dedica parte de su tiempo libre a seguir preparándose físicamente, actualizando los cronos de las diferentes pruebas que realiza en clase y practicando deporte como herramienta para "cargar la batería para el día siguiente". El fin de semana lo dedica a su familia: senderismo, ciclismo y un rato para lectura y buen cine.
¿A qué hora te despiertas cada mañana? Me suelo levantar sobre 7.15h y normalmente, sin despertador. Es verdad, que pongo la alarma a las 7.30h por si me duermo, pero me despierto siempre sin despertador. Eso también tiene una pega: también el fin de semana me levanto sobre las 7h...
¿Cuál es tu mejor momento del día? El mejor momento del día es cuando llego a casa después de trabajar (generalmente, después de un día intenso), me cambio y me pongo ropa cómoda para estar en casa, meriendo algo de fruta y me siento en mi sillón, en silencio y cierro los ojos durante treinta minutos en plan “desconexión”. Lo llevo haciendo durante muchos años y me relaja mucho: es un momento de “cargar batería”, lo cual recomiendo.
¿Tu película favorita? Tengo en mente varias películas que, a mi parecer, son grandes producciones de cine, pero sin duda me quedo con El diario de Noah ya que destaca la idea de que el amor verdadero va más allá de las dificultades. Es como la vida misma donde hay que enfrentarse día a día con numerosos obstáculos, pero que el compromiso, la persistencia y el trabajo duro supera cualquier dificultad.
¿Con qué personaje histórico te irías a cenar? Admiro a varios personajes históricos por sus logros, descubrimientos, etc (Ghandi, Einstein, Mozart,...), pero sin duda alguna, me hubiera gustado vivir la época de Jesús y haberle conocido. Es la persona más influyente en mi vida: nadie como Él hace que cada día intente ser mejor persona y mejor profesional.
¿Qué comerías en tu última cena? Sabiendo que será la última cena, me gustaría cenar varios entrantes para compartir, a modo de “cazuelitas”, sin plato principal y pasar al postre con una degustación de los tres mejores postres que hacía mi madre: arroz con leche, tarta de manzana y tarta de queso. Por supuesto, una cena decorada con velas, y acompañado de mi mujer e hija.
¿Una frase que te haya dejado huella? Guardo en mi corazón una frase que mis padres nos inculcaron a mí y a mis tres hermanos: “a pan duro, diente agudo”, es decir, cuando el esfuerzo es proporcional a la dificultad, todo se consigue. Y así defino mi educación: trabajo, esfuerzo, sacrificio, aprender de los errores y la persistencia. Cuando cursaba COU y dudaba qué carrera estudiar, mi madre me dijo: “piensa que lo que elijas será para toda la vida” y me aconsejó: “debes amar tu profesión para que te superes y mejores cada día”. Y por ello, tomé la decisión de ser maestro.
¿Qué ha sido lo mejor de tu paso por Gaztelueta? Lo mejor de mi paso por Gaztelueta es sentir que es más que un centro educativo. Gaztelueta es mi segunda casa; así me siento desde que entré en el año 2000. Con éso lo digo todo. Cuando me encuentro con antiguos alumnos, me siento orgulloso de la calidad humana que tienen: qué majos son, cómo te saludan y te dan conversación recordando decenas de anécdotas... ¡y qué educados!. Sin duda, se nota que llevan de seña de identidad la “marca Gaztelueta”.
¿Qué evento recuerdas con más cariño? 8.- El evento que más recuerdo con cariño son varios; no puedo quedarme con uno solo. Citaré sólo dos: me impactó mucho el viaje a Roma (octubre de 2002) a la canonización de San JoseMaría con los alumnos de Bachillerato y cada año en la Fiesta Deportiva el desfile de todo el alumnado es espectacular. Ver cómo observan las familias a sus hijos es muy emotivo.
¿Con quién verías un atardecer bajo este mástil? Ver un atardecer es algo maravilloso y un momento muy especial, así que sin duda, elegiría a mi mujer para que viera la suerte que tenemos de tener un colegio ubicado en un lugar privilegiado. Las vistas desde el mástil son espectaculares.
