innovación educativa

En abril de 2018, Ana Torres Menárguez entrevistaba en el diario El País a Neil Mercer (Lancashire, 1948), director del Centro de Oratoria de Cambridge. Mercer ha dedicado su carrera a estudiar cómo influye la forma de hablar en los resultados académicos, destacaba los beneficios del aprendizaje de la oratoria en la escuela. En ella, incluso se atrevía a igualar su peso académico con el de las matemáticas. Además, Mercer subrayaba la necesidad de que la escuela pública inglesa empiece a darse cuenta de su importancia para el futuro de los niños.
El Centro de Oratoria de Cambridge está formado por ocho expertos investigadores y asesores. Su función es, mediante la investigación, la práctica y su influencia en las políticas públicas, ayudar  a determinar cómo debe enseñarse la oratoria en las escuelas. De hecho, actualmente están asesorando a países como Gales y Singapur.
En la entrevista, Mercer recuerda que los niños desarrollan su comprensión del mundo sobre todo a través de la interacción con personas dentro de su entorno. “No lo hacen como individuos aislados, sino que absorben lo que ven y lo que oyen de los demás.”

 

En sus investigaciones su equipo ha comprobado cómo la adquisición del lenguaje y la exposición de los niños a conversaciones bien construidas durante la etapa preescolar está altamente relacionado con los resultados académicos posteriores. “Como profesor nunca debes menospreciar tu influencia en los niños. La forma en la que aprenden a hablar depende, en muchos casos, de la manera en que el docente se dirige a ellos.” Pero la clave no sólo se encuentra en la escuela: “Los niños que de forma regular se ven envueltos en diálogos razonados en casa son más proclives a ser más efectivos en su expresión oral. Es en la familia donde aprenden a hablar.  La lengua que experimentan será la base de lo que son capaces de expresar.”
Uno de sus estudios (Reasoning as a scientist: ways of helping children to use language to learn science, 2003), ha demostrado que los niños que dominan la oratoria obtienen mejores notas en matemáticas y ciencias. Y es que el discurso es crucial en las ciencias porque ayuda a describir observaciones de forma clara, razonar sobre causas y efectos, plantear preguntas precisas, formular hipótesis, analizar de forma crítica… También afirman que todas esas habilidades brindarán a aquellos que las aprendan el acceso a mejores puestos de trabajo porque serán capaces de negociar sus condiciones laborales.
Su proyecto Exploratory Talks establece unas reglas para enseñar a los profesores a promover discusiones en el aula: toda la información relevante se comparte, todos los miembros del grupo están invitados a contribuir, se respetan todas las ideas, todos deben exponer de forma clara sus ideas, o hay que llegar a un acuerdo.

De esta forma, los niños con más confianza en sí mismos y que suelen hablar más tiempo tienen la oportunidad de escuchar otros puntos de vista. Los más parados y tímidos, que normalmente se quedan callados y en un segundo plano, sienten que su contribución es valorada, que su voz vale tanto como la de los demás. Preguntar al resto de compañeros se premia por parte del docente y, a la larga, eso conduce a un mejor entendimiento de la postura de los demás, a una mayor empatía.