El papel de la música en la educación presenta una serie de beneficios claros e innegables. En primer lugar, la música dinamiza algunos aprendizajes que se podrían hacer arduos de otra manera. Los ejemplos más claros son las canciones que se utilizan en Educación Infantil para aprender las letras o los números. Otro clásico de las canciones que sirven a los más pequeños son las tablas de multiplicar. ¿Quién no se ha aprendido la tabla del tres con melodías?
La música tiene muchos otros beneficios. Otra ventaja de emplear la música para la enseñanza es que facilita mucho el aprendizaje del inglés. Los niños absorben muchas palabras y la forma de pronunciarlas de modo ameno, como un juego. Esto es aplicable también a otros idiomas.
La música también transmite emociones. Está comprobado que dependiendo del tipo de música que escuchen, las personas se relajan, se motivan, se entristecen… «Recurrimos a la música muchas veces en nuestra vida como fuente de inspiración o consuelo, de comprensión o simpatía«. La frase es de Fernando Velázquez, antiguo alumno de Gaztelueta, compositor y ganador de un premio Goya por la banda sonora de Un monstruo viene a verme (2016) o de Lo imposible (2012). Así, por ejemplo, se puede utilizar música relajante mientras los alumnos hacen ejercicios de plástica.
Escuchar música presenta estas y otras ventajas. Pero luego hay algunos beneficios de una actividad musical más específica: cantar. Cuando un niño canta desarrolla el oído musical. Si se hace de pequeños se hace de forma más llevadera, como cualquier adquisición temprana. Además, las canciones son por lo general un trabajo grupal. Esto significa que es importante que todos vayan al mismo ritmo. Es fundamental escuchar a los demás y respetar el turno. Así, se ejercita también el trabajo en equipo.
Otro elemento que se puede trabajar a través de la música es la creatividad. Porque la música no implica solo la voz. También puede aportar la expresión corporal. El ejemplo más claro son las coreografías. En Gaztelueta este aspecto de la creatividad musical se trabaja sobre todo de cara al Festival de Navidad. Además, los alumnos del colegio que disfrutan de las actividades extraescolares de batería, guitarra o piano durante todo el curso demuestran las habilidades adquiridas en el Recital de final de curso todos los años.
Otro punto importante y relacionado con la música es el de la piedad infantil. Los niños aprenden a rezar cantando canciones a Jesús y a la Virgen. Un profesor de Gaztelueta cuenta una anécdota relacionada con esto. Su hijo no hablaba todavía, aunque los demás compañeros de clase ya parloteaban. Todas las noches, en su casa, cantaban el Jesusotxo nire antzera (el Jesusito de mi vida en euskera). Un día, el niño, que hasta entonces no hablaba, empezó a cantar la canción y la cantó entera. A partir de ahí empezó a hablar. Es un ejemplo muy claro del efecto terapéutico de la música.
Por último, cabe destacar que la música no solo es beneficiosa para los niños. También es buena para los adultos. En Gaztelueta tenemos un coro formado por padres y madres del colegio. Este proyecto comenzó hace dos años, pero tuvo que parar. Ahora se han retomado los ensayos y el coro actúa en primeras comuniones y confirmaciones. Aprovechando este artículo, animamos a cualquier interesado a apuntarse.