La promoción LXVII celebró la pasada semana el tradicional acto de graduación de los alumnos de 2º de Bachillerato en Gaztelueta, en el que alumnos y profesores compartieron momentos que quedarán en el recuerdo de todos.
La jornada comenzó con la fotografía de la promoción en el green del chalet y a continuación se celebró una misa de acción de gracias por todo lo vivido durante estos años en el colegio.
La tradición histórica de la orla de la promoción
Un momento muy esperado entre los asistentes fue la presentación de la orla de la promoción, -en esta ocasión con claro tinte rojiblanco-, una tradición histórica en Gaztelueta que caricaturiza a cada uno de los graduados y a sus profesores en una divertida imagen que les servirá de recuerdo una vez concluya su paso por el colegio.
Expectantes por descubrirla, los alumnos se agolparon alrededor de la imagen para encontrarse en ella, bromeando acerca de la imagen que sus profesores habían plasmado de cada uno de ellos a lo largo de estos años, en una ilustración llena de humor y de intención.
El deporte, siempre presente en Gaztelueta
El deporte, como no podía ser de otra manera, también tuvo presencia en este día, siendo como es pieza clave en el desarrollo del proyecto educativo de Gaztelueta. Los alumnos de la promoción LXVII se enfrentaron en el campo de hierba en un igualado partido de fútbol y a continuación una selección de la promoción disputó un partido contra varios de sus profesores a lo largo de sus distintas etapas en el colegio. En esta ocasión la experiencia de los últimos se impuso a la juventud de los homenajeados, que encontraron la excusa perfecta para citarse próximamente ya como Antiguos Alumnos en una revancha.
Un lema y un escudo que les acompañarán siempre
La jornada avanzaba y la emoción se iba haciendo cada vez más evidente. Llegaba el momento de sentarse a la mesa y compartir la que oficialmente sería su última comida juntos en el comedor de Gaztelueta. El ambiente arrancó festivo y la euforia inicial fue transformándose en emoción y nervios cuando llegó el momento de los discursos.
MIkel Elía, director de Gaztelueta, dió paso tras unas palabras a Jaime Zamanillo, que como representante de la promoción, se dirigió a todos los presentes en un emocionado discurso en el que destacó la gratitud por lo vivido estos años en Gaztelueta y el valor de la amistad que han forjado entre ellos.
Con la madurez de los años y la cada vez más cercana distancia de Gaztelueta, los alumnos de 2º de Bachillerato echaron la vista atrás para poner en valor la impronta que Gaztelueta va a dejar en ellos a lo largo de su vida. Agradecidos por el compromiso, la implicación y el cariño de sus profesores y personal no docente en todos estos años, reconocieron el ejemplo diario de todos ellos como el más valioso de los aprendizajes y asumieron el indudable sello personal que Gaztelueta deja en cada uno de ellos.
Sus años en Gaztelueta han marcado sin duda su trayectoria académica, pero por encima de todo, su desarrollo personal. El trato con cada uno de sus profesores desde Educación Infantil hasta hoy, las conversaciones con sus preceptores, la convivencia diaria con sus compañeros y los retos personales y académicos vividos juntos, han marcado el desarrollo personal de cada uno de ellos y como grupo, así como su trayectoria académica hasta descubrir su vocación profesional.
Antes de firmar este punto y aparte en Gaztelueta, toca hacer un último esfuerzo para cerrar el último curso escolar poniendo en práctica en la EBAU algunos de los hábitos adquiridos estos años: la capacidad de esfuerzo, la constancia y la responsabilidad.
Entonces sí habrá llegado el momento de poner al servicio de la sociedad todo lo vivido en Gaztelueta. Les acompañarán en esta tarea nuestro lema Sea nuestro sí, sí. Sea nuestro no, no y nuestro escudo que hablan del espíritu de Gaztelueta: la sinceridad, la lealtad, el espíritu de trabajo, la amistad y la alegría que estamos seguros irán ya con cada uno de nuestros alumnos de 2º de Bachillerato el resto de sus vidas.