¿Qué recuerdos guardas de Gaztelueta?, ¿qué impacto ha tenido el colegio en tu desarrollo profesional?... Recogemos, de la mano de la experiencia de nuestros antiguos alumnos, una reflexión acerca del impacto de Gaztelueta en su trayectoria personal y profesional. Hoy conocemos a...
Nombre completo y promoción: Fernando de Lecea Grávalos. Promoción 34.
¿Dónde vives y desde cuándo? En Japón (Kyoto) desde Julio de 2015.
¿A qué te dedicas? Suelo decir que a lo que puedo… Más en concreto soy director de una residencia del Opus Dei en Kyoto, tengo una empresa establecida en Osaka dedicada al Atún (Echebastar, atunera de Bermeo), al vino en lata (OUI wine, marca propia), a los chocolates (Pancracio) y a otras tantas cosas. También tenemos una editorial (プリズムBOOKS) y, por último, estamos sacando adelante una NPO (International Youth Cooperation Japan) para apoyar la educación de los niños (y alimentación en su caso) en zonas desfavorecidas, como el basurero de Manila.
¿Qué es lo más positivo y más negativo de este país y sus ciudadanos? Difícil pregunta. A bote pronto lo más positivo para mí quizá sean sus gentes: "los esforzados japoneses", se aprende mucho de, y con, ellos. Y lo más negativo probablemente sea la falta de flexibilidad y la acumulación de normas escritas y no escritas. Un país un poco demasiado "kibishi", estricto.
¿Cuándo fue la última vez que visitaste Gaztelueta? En Mayo de 2022, está fantástico. Me alucinaron el central y el infantil, son muy chulos. En esencia lo encontré como siempre aunque estéticamente mejorado.
¿Algún recuerdo, anécdota o aventura que recuerdes especialmente de tus tiempos del colegio? Son muchos los recuerdos e historias. Me parece casi imposible elegir una sola, aunque lo intentaré, fueron 12 años maravillosos.
Me vienen a la cabeza muchos profesores: Pineda (don José Luis, un gran maestro), o Croveto (nuestro súper Jefe de estudios, que era una madre), o Cadenato, con su bigotillo y su bufanda a juego con los calcetines, que era un profesor espectacular de Latín y una bellísima persona, o Tapia que era un crack, con una mano tenía una pegada espectacular, o Patata (D. Rafael Corazón) con su pitillo, o Eskubi (D. Ignacio Escudero) y sus chicos de basket, etc. En fin de todos aprendí algo y sobre todo me transmitieron, me parece, un modo de afrontar la vida, muy en positivo, muy de que vale la pena vivir con autenticidad, de enfrentarse a la vida, de vivir con confianza y pasión en lo que crees, con naturalidad, ese "sea nuestro sí, sí, sea nuestro no, no". En fin, que los profesores no sólo transmitían conocimientos, que también.
Una anécdota para mí muy significativa, y que creo que sirve de ejemplo de lo que es Gaztelueta. Fue que, un verano siendo yo un enano (estaría en 6°, o así, de Primaria), Taca (Fernando Lecanda), que era nuestro entrenador de balonmano y empezaba a dar algunas clases en el cole, se vino con la que era su novia (hoy su mujer, Marian Ispizua), a Plencia, donde pasábamos felizmente los veranos, el 7 de Agosto a tomar un helado y celebrar mi cumpleaños. Me pareció lo máximo y me lo sigue pareciendo. Que un profesor, en sus vacaciones, con su novia, dedique su tiempo a un chaval que era un "casi ser pensante", dice mucho del trato, del cariño, del espíritu de servicio y los valores que reinan en Gaztelueta. Para mí no tiene precio, es alucinante.
¿En qué crees que se nota que eres antiguo alumno de Gaztelueta? En todo, creo. Gaztelueta deja como un sello, una impronta de mucho valor. Y mi impresión es que se reconoce a la legua. Quizá esto tenga que ver con que hablar de Gaztelueta es hablar de San Josemaría. Es el primer colegio del Opus Dei en el mundo y San Josemaría puso todos los medios para que el colegio estuviera a la altura. Honestamente creo que lo consiguió. Somos unos afortunados.
En Japón, por ejemplo, uno de nuestros mejores clientes. Se dio cuenta de que Juan (Juan Basagoiti. Dtor Comercial de Echebastar, que es también antiguo alumno y padre actual de alumno) y yo teníamos muchísimo en común. Y nos preguntó que si habíamos estudiado en el mismo colegio. Sorprendente.
El otro día también le estuve explicando esto a un japonés. Lo increíble que era mi colegio: no era un colegio de café para todos, a cada uno nos trataban conforme a nuestras necesidades (o al menos lo intentaban). El preceptor, el director espiritual, la cantidad de amigos que haces y que duran para toda la vida, etc.
En fin, perdona que me enrolle… Me has dejado hueco y ya se sabe. Volviendo a tu pregunta, el matiz de un antiguo alumno quizá sea la autenticidad, el ser él mismo allá donde esté: sea Japón, Londres o Cuzcurrita del río tirón. Y el hacer vida ese espíritu de paz y alegría que hemos recibido, herencia de San Josemaría.
¿Volverás a vivir a España? De momento no, con lo que me ha costado aprender el idioma de los samuráis hay que amortizarlo. Aunque nunca sabes, siempre en manos de Dios.
Eso sí, pasaré estás navidades en Bilbao, después de 25 años, y estoy muy feliz y contento. Mi padre falleció el 9 de Octubre y voy a pasar la Navidad con mi madre, la Jefa. Me apetece mucho, mucho. He tenido una padres espectaculares y es un privilegio total pasar las navidades con mi madre.
¿Un mensaje para los antiguos alumnos? ¿Puedo dos? El primero es una frase que me escribió mi primo Borja en la carpeta del cole y que se me quedó grabada. No sé de quién es. Quizá sea de Borja, siempre fue un máquina. Dice algo así como: " el día que tú naciste todos reían y tu llorabas. Vive de tal manera que cuando tú mueras todos lloren y tú rías." El segundo es un clásico que me acompaña siempre y es, como diría mi tío Mati: "Un equipo unido, grandes éxitos".
