Álvaro Lanza, Ignacio Migoya, Luis Mancisidor e Iñigo Rodríguez (prom. 65) nos cuentan su experiencia como delegados en la Deusto Business School en su primer año de universidad. Un ejemplo de liderazgo de servicio de la mano de cuatro antiguos alumnos en esta nueva etapa. ¡Enhorabuena chicos!
Álvaro Lanza, delegado de 1º de ADE + Derecho, alumno claustral de Deusto Business School y miembro del consejo de gobierno de la Facultad de Derecho.
Aunque el cargo de delegado en un principio se vea como una losa pesada que a nadie le apetece portar, la realidad es que es una tarea atractiva una vez se empieza a ejercer el cargo, y que acaba siendo una verdadera fuente de satisfacciones. Considero que uno quiere ser delegado cuando lo que realmente busca es ayudar a la gente, y no hay posición mejor que la del representante de clase para ello. Trabajar por y para el aula es algo que tus compañeros te agradecen cada día y que te anima a seguir con ello y mejorar. Te conviertes en un puente de comunicación entre los profesores y los alumnos, eres el portavoz de la clase, tienes que poder transmitir el mensaje de 45 personas por ti mismo, pero dejando de lado el yo personal. Esta cualidad es realmente útil y es necesaria cuando se trabaja en grupo. Además, es algo que en un futuro vas a tener que hacer y, si lo piensas bien, pasará mucho tiempo hasta que vuelvas a tener a tu cargo a un grupo de personas tan grande. La tarea de organización y gestión de todas las actividades de la clase representa lo que será tu vida en la empresa. ¿Por qué no ir entrenando? Asimismo, el cargo de representante de clase tiene pingües funciones, como las charlas con los profesores, reuniones de delegados, cursos de formación, elecciones de los órganos de representación de la facultad y los claustros de las facultades, entre muchas otras. Aunque, si lo que realmente te impulsa son las ganas de acompañar a tus compañeros y formar un único grupo unido, merece la pena aceptar el reto.
Ignacio Migoya, delegado de 1º de ADE + Dirección en Entornos Digitales.
La verdad que fue una cosa inesperada en ningún momento pensaba que iba a ser delegado pero tras mi experiencia como capitán en Gaztelueta vi que era una oportunidad para participar más en la universidad y para así poder relacionarme más con la gente.
Luis Mancisidor, delegado de 1º de ADE + Ingeniería en Tecnologías Industriales.
Mi función como delegado es ejercer de intermediario entre profesores y estudiantes, ya sea en la toma de decisiones grupales o si surge algún problema. A pesar de que portar este cargo pueda resultar pesado a veces, en el fondo considero que es algo positivo debido al reto que supone y al agradecimiento mostrado por mis compañeros
Íñigo Rodríguez, delegado de 1º de ADE + Financial Analyst Basics
Me elegieron delegado por que me vieron que ayudaba a los compañeros en clase, pero yo también quería presentarme. Ser delegado me está aportando la capacidad de escuchar los diferentes problemas que tiene la gente y tomar decisiones aunque personalmente no esté de acuerdo con ellas. Me gusta poder representar los intereses de mis compañeros y estoy aprendiendo mucho sobre liderazgo y responsabilidad.